


Los puertos de Chile: nuestra salida al mar |
En un país como Chile, que tiene más de 200 millas marítimas desde la línea de marea baja al oeste, los puertos, además de ser la puerta de entrada y salida del territorio, se configuran como puntos geográficos estratégicos e importantes centros de intercambio comercial y social. Es por esto que, la historia de los puertos nacionales se remite necesariamente a la época de la conquista y la colonia. Desde el siglo XVIII, se configuran como núcleos significativos de la incipiente actividad comercial de la Capitanía General de Chile, para luego, durante el proceso de organización y consolidación de la República, transformarse en ejes de la economía nacional, debido primero a la exportación cerealera y luego a la expansión minera.
![]() Sin embargo, hasta entrado el siglo XIX, los puertos nacionales no eran más que precarios embarcaderos que recibían el escaso movimiento mercante del territorio. En 1811, la recién creada Junta Provisional dictó la primera ordenanza de aduanas que, entre otras materias, reglamentaba la carga y descarga de mercaderías en los puertos, constituyéndose en la primera forma de organización portuaria. Con la independencia de Chile comenzó un proceso de apertura comercial e inserción a la economía mundial del país, lo que benefició particularmente a Valparaíso, puerto que desde 1830, se convirtió en el núcleo comercial de las costas del Pacífico, debido a que los barcos mercantes, luego de atravesar el Estrecho de Magallanes, recalaban en sus embarcaderos para almacenar y redistribuir sus mercancías. Al poco tiempo, esto permitió que diversas entidades e inmigrantes extranjeros se instalaran en la ciudad y generaran condiciones favorables para la actividad comercial. Puerto de Valparaíso La expansión económica minera experimentada desde mediados del siglo XIX y el descubrimiento del oro en California, le dieron especial impulso al cabotaje y la actividad portuaria, lo que se tradujo en avances técnicos en la materia. Durante la década de los treinta, el norteamericano Guillermo Wheelright, introdujo la navegación a vapor, a través la Pacific Steam Navegation Company, compañía naviera con sede en Valparaíso, que al poco se transformó en la base de una marina mercante nacional; no sólo por el volumen de productos transportados, sino por la regularidad del embarque de pasajeros, correspondencia y carga menuda. Aunque esas embarcaciones en su mayoría eran de bandera extranjera, algunos empresarios aprovecharon la fugaz coyuntura triguera para armar navíos que transportaron los granos y harinas a California, Australia y, más tarde, a Europa. El comercio mercantil La otra puerta de entrada a Chile por mar era Talcahuano. Situado entre dos protegidas bahías, su emplazamiento le permitía contar con dos puertos de aguas abrigadas y profundas, lo que estimuló desde la época de la colonia, una gran actividad mercante, que se consolidó en 1764, cuando la bahía fue declarada como Puerto de Registro, Surgidero y Amarradero de los Navíos. En el siglo XIX, el arribo a Talcahuano de barcos mercantes de todo el mundo, implicó la instalación en el puerto de las principales agencias navieras como la Compañía Sudamericana de Vapores, la Interoceánica y la Naviera del Pacífico, lo que sumado a la fundación del apostadero naval de Talcahuano en 1895, que reparaba naves mercantes y de guerra, convirtió a este puerto, en el segundo de importancia a nivel nacional. Al mismo tiempo el ciclo del salitre y la Guerra del Pacífico fueron fundamentales para la expansión de los puertos del norte que modificaron su fisonomía de pequeñas aldeas de principios del siglo XIX a Puertos Mayores desde 1850, lo que se tradujo en un aumento del número de habitantes y el mejoramiento de la infraestructura y la arquitectura y servicios de ciudades como Iquique y Antofagasta. El puerto de Iquique A principios del siglo XX, comenzaron a manifestarse los primeros síntomas de crisis económica que afectaron, en una primera instancia, a los puertos del centro sur del país. Con la consolidación de Santiago como centro de actividades políticas y comerciales, el fin del ciclo del salitre luego de la primera Guerra Mundial, la apertura del Canal de Panamá en 1914, la crisis mundial de 1932, la mala administración y falta de infraestructura, los puertos entraron en un período de franca decadencia. Valparaíso fue él más afectado; no sólo por la pérdida de protagonismo en la red comercial internacional encabezada ahora por Ciudad de Panamá, sino que también porque debió reconstruirse prácticamente entero luego del terremoto de 1906. En este contexto el gobierno decidió crear una Junta Central de Puertos, la cual debía presentar un programa general de la política portuaria que incluyera proyectos de obras marítimas en los principales puertos del litoral. Una de sus primeras gestiones fue construir en 1912 el puerto de San Antonio y remodelar el de Valparaíso, el primero listo en 1918 y el segundo en 1917. Puerto de San Antonio Los puertos del norte en cambio tuvieron la oportunidad de orientarse a la exportación de la nueva riqueza mineral de la zona. En 1912, con la instalación del mineral de cobre Chuquicamata, la región en general y Antofagasta en particular, comenzó un nuevo período de expansión económica, de la mano ahora del cobre. Las políticas económicas introducidas a partir de fines de la década del treinta significaron un importante desarrollo industrial en regiones y sus principales ciudades, lo que se tradujo en un nuevo impulso para los puertos. Talcahuano se vio favorecido con la puesta en marcha de la Usina de Huachipato en 1946 y las industrias pesqueras más adelante, lo que le permitió consolidarse en el principal complejo portuario del país, con el 50% de la carga movilizada en los puertos nacionales. Iquique por su parte, aunque sufrió un período de estancamiento debido a las medidas estatales para el desarrollo que privilegiaron a Arica, luego de 1973 comenzó a experimentar una serie de beneficios debido a su nombramiento como la capital regional y a las nuevas franquicias aduaneras establecidas por el gobierno. Antofagasta a su vez, se consolidó como la capital de la minería del cobre, luego del establecimiento del mineral de La Escondida y La Mansa Mina, a fines del siglo XX. En 1960 se creó la Empresa Portuaria de Chile (EMPORCHI), organismo estatal, encardo de la propiedad, mantención y explotación de los puertos de Arica, Iquique, Antofagasta, Coquimbo, Valparaíso, San Antonio, Talcahuano, Puerto Montt, Chacabuco y Punta Arentas. En 1998 Emporchi es disuelta y se crean como sus sucesoras empresas estatales individuales en cada uno de los puertos. |