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Su infancia
Mercedes Marín vivió una infancia difícil. Por motivos políticos sus padres tuvieron que expatriarse durante el período de la reconquista, y ella debió vivir con una amiga íntima de la familia llamada Mercedes Guerra. En su hogar adoptivo, la escritora no tuvo una situación económica favorable, pero aún así le fue concedida una esmerada educación; por esta razón, siempre estuvo agradecida de su segunda madre. Así lo manifestó en una carta escrita a su marido, años después: “Yo me crié en una casa pobre, y antes de conocer la comodidad, he visto muy de cerca el rostro de la miseria. Por consiguiente, soy muy inclinada a hacer bien; pero esa misma situación me hizo contraer obligaciones de que no podía prescindir sin incurrir en la nota ingrata” (Miguel Luis Amunátegui, “Doña Mercedes Marín del Solar”, La alborada poética en Chile: después del 18 de septiembre de 1810. Santiago: Imprenta Nacional, 1892. p. 498).
En 1822, cuando su madre adoptiva murió, escribió un emotivo poema como homenaje:
Un ángel, en cuyo seno
mi cabeza reposaba,
como en su más dulce centro;
una madre, más que madre,
si cabe, en cariño tierno,
que me encantó de la infancia
los fugitivos momentos;
que me amó cuanto amar puede
un ser de ternura lleno;
cuyo corazón intacto
solo a mí dio sus afectos,
celosa era de mi bien,
siendo yo sola el objeto
de sus amantes cuidados
y solícitos desvelos.
Me enseñaba los escollos,
inspirándome recelos
del que yo no conocía,
mundo falace u artero;
y viendo que ya mi infancia
se pasaría muy presto,
me iniciaba de la vida
en los terribles secretos
(Miguel Luis Amunátegui, “Doña Mercedes Marín del Solar”, La alborada poética en Chile: después del 18 de septiembre de 1810. Santiago: Imprenta Nacional, 1892. pp.497-498)
Documentos:
Batalla de Maipú, 3 de abril de 1818 Pintura jpg, 163KB
| Doña Mercedes Marín del Solar Artículo pdf, 19627KB
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